jueves, 9 de octubre de 2008

VIAJEMOS CON ARTE EN EL METRO (2 de 4)

Somos del Metro o de la cultura metro, en esta vía aprendí a discernir las cuerdas de un violoncelo con las de un violín, gracias a un grupo de música rusa que nos dejaba tocar y acariciar sus instrumentos en la Estación Sentier, de la Ciudad de las Luces.

Somos del Metro, porque todavía recordamos la extraordinaria dinámica del “afichaje” o colocación de afiches culturales en las diferentes estaciones cada mes de septiembre. Allí, nos anunciaban todas las posibilidades de acceso a la cultura, nos enterábamos de todas las suscripciones, eventos, ferias, concursos, y medios para adherirnos a la Temporada Teatral de la Cortoucherie, de la Comédie Française, de la Garnier, del Centro Beaubourg, y durante semanas construíamos nuestra opción final para las temporadas de otoño o el programa del resto de las estaciones, pues el metro parisino es, ante todo, un espacio civil y cívico de creación de públicos artísticos y culturales. Ese metro de todos y para todos significó a partir de los años 80, y gracias a las políticas públicas del presidente Francois Mittèrand, un espacio extraordinario de expresión artística.

Los artistas hacen sus intervenciones públicas en los pasillos, en las rotondas de cruces y de trasbordos, inscribiéndose en la Red de Artistas del Metro, y adquiriendo un permiso de la Regiduría del Metro, quienes le otorgan una tarjeta oficial, que le permite transitar y montar sus espectáculos visuales.

Por las tardes, grupos de comediantes interpretan obras y anuncian en vivo sus proyectos.

Otros, con la magia del mimo se convierten en personajes de sueños para niños y adolescentes, y, muchos artistas plásticos improvisan con tizas y pasteles, esbozos de sus obras.

0 comentarios:

Publicar un comentario

No olvides dejar tu importante comentario sobre este articulo.